Coronel Francisco Bolognesi La construcción de un Héroe (Parte final)

Por 1890 se contemplaba la construcción de una lugar donde puedan “descansar los héroes”, por mientras eran depositados en el mausoleo del Mariscal Ramón Castilla. Esta obra no pudo ser terminada por Andrés Avelino Cáceres  y fue concluida en el gobierno de José Pardo.

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Dicha inauguración se realizó el 8 de setiembre de 1908 y  se trató de la finalización de un proyecto arquitectónico postergado desde el gobierno de Andrés Avelino Cáceres. El responsable de la ejecución de este proyecto fue el arquitecto francés Emilio Robert, mientras que la escultura fúnebre  fue obra del maestro Mercier. Este fue un acontecimiento muy patriótico, pues se mostró la gran participación de la población, además más de un centenar de personas acudieron a presenciarlo

Según las palabras del presidente  Manuel Pardo y Lavalle, la generación de ese entonces quería resaltar y dar a entender que no se debe recordar a los héroes de combate  como los “derrotados” o “los que cayeron”, sino con una gran admiración hacia ellos, y que generaciones posteriores tengan el mismo sentimiento que sentían en ese entonces.

La sociedad peruana tuvo que enfrentar muchos desafíos y crisis, unos de estos era la situación de Tacna y Arica debido al Tratado de Ancón. En ese contexto Bolognesi representaba el valor y el sacrificio de los peruanos durante la guerra del salitre, además su imagen era constantemente referida como paradigma del cumplimiento del deber con la defensa nacional y en los tiempos de la posguerra era necesario hacerla trascendente debido a las tensiones que se vivían.

Así pues se concluye que la sociedad eligió a este héroe con múltiples propósitos, siendo él más importante como testimonio de la valentía de los peruanos durante la guerra y así las generaciones futuras cuando miren el pasado no sentirán vergüenza sino verán con orgullo el coraje de sus héroes frente a la adversidad, siendo este mensaje el que sirvió para añadirle a la identidad peruana una característica, la de no rendirse y luchar “hasta quemar el último cartucho”.